ARMÓNICOS DE UN CONCEPTO (12)



De todos los registros que nos permiten efectuar nuestros sentidos, hemos atendido más al sentido del oído, aún mucho más que al de la vista, que tanto se deja impresionar por la tan ingente masa de imágenes que de continuo nos son abocadas a nuestro interior. Por este medio, el acústico, hemos alcanzado una representación, en forma de cita, de lo que la Democracia sea; y que yo creo que en la medida que así sea, la democracia es. Si poca la medida, entonces poca la democracia; si mucha tal medida, mucha, entonces, la democracia. Y aquí es donde podemos encontrar una nueva cuestión de suma importancia (según a mi me parece, que cada cual considere): La Democracia, ¿depende más de la calidad o de la cantidad? Muchos, muchísimos fueron los seguidores de Hitler, y por vía -en mi opinión demasiado estrecha- democrática, es decir, inicialmente, mediante no pocos votos. Algo, muy importante, tendrá que ver la calidad en todo este asunto... me parece a mi.


Hallé y compartí toda una cita - de las que debe haber por ahí todo un aluvión- que, tengo la impresión, rezuma más que otra cosa calidad democrática y a la que vamos, si te place lector, a prestarle, nuevamente, oídos:

La democracia implica una división, una colección de desacuerdos. No es un lugar de gente similar sino de gente diferente. Su principio no es de igualdad sino de igualdad de derechos para que cada quién sea diferente y, no obstante las diferencias y los puntos de vista variados, sea posible vivir juntos y sin violencia. La democracia es la historia de la pluralidad y la tolerancia, no la de la victoria y la imposición. Por ello no hay victorias en la democracia, hay paz y la paz es la verdadera victoria de la vida política de los pueblos.
(Shimon Peres)

Estemos ahí en la nota principal, en el concepto que nos ha guiado: Democracia, de la que tantos armónicos hemos ido resiguiendo apegados nuestros oídos a la Tierra, la nuestra de cada cual y la de todos nosotros los humanos. 

Allí se nos dice, formalmente, un inabarcable despliegue; no otro, pero, que  uno de muy humano. Una de nuestras mejores posibilidades, son las que palpitan en aquellas palabras. 



En no pocos ámbitos de los que nos son de vital importancia nos comportamos tal como si tales importantes ámbitos nos quedaran completamente manifiestos o suficientemente claros en el primer plano, aquel que primeramente nos salta a la vista; y ahí, sin más, nos quedamos más que conformes. Los planos que se esconden detrás, mucho más adentro de las imágenes, y que pertenecen a la escucha, a nuestra máxima atención... todos estos restantes planos los obviamos sin prestarles su -y mi- debida atención. 

En esta cita consta un amplio despliegue. He aquí claras referencias de ello: División, desacuerdos, gente diferente, que cada quien sea diferente, puntos de vista variados, pluralidad. Pero andarían sueltas, tales referencias, sin sentido alguno, como virutas de palabras procedentes de nada y hacia nada referidas; si no fuera porque cada una de éstas tienen en la misma cita, su reverso: Colección, que cada quien sea diferente, vivir juntos, sin violencia y tolerancia. Y aún, considerando una y otra cara, que en la cita aparecen simultáneas, tendríamos, sin su costura, vocablos sueltos, inarmónicas. Esa su costura, cuyo referente somos cada uno de nosotros sin excepción alguna, si así lo deseamos, está aquí: Su principio, el de la Democracia, es un tipo especial de igualdad, la igualdad de derechos. He ahí la comisura de todo distinto pliegue, sin dejar de ser, cada cual diferentes, sino que antes bien al contrario, para precisamente serlo.

Quedan fuera de los lindes de la Democracia: cualquier victoria que no sea vivir en paz, y la imposición, aunque ésta sea impuesta en el nombre de una supuesta paz o teniendo a ésta como coartada o escusa de muy mal pagador. He aquí pues sus verdaderos enemigos exteriores a quienes deseen vivirla: la violencia que nos inflijamos (sutil o brutal), siendo, en general, ese infligir el de la imposición, aunque esta sea ejercida en el nombre de la ley o de cualquiera otra benevolencia de muy buen disfraz.


Consideraremos, en la próxima, sus enemigos más bien internos, y sin salirnos de la demarcación abierta -y sin cierre- por esta cita a la que le daremos, en el buen sentido de la expresión, alguna vuelta más. La rondaremos algo más.


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