PANORÁMICA GENERAL (3)

 Molino que surca lento aún en el curso del tiempo, y al tiempo, el rio Uces

Aquí, en lo que va siendo escrito, el rumor, creciente, de una pregunta. Rumor que puesto en este silencioso sonido hecho de palabras, sería algo así: ¿Qué es necesidad? No ya qué me es necesario, sino que qué es, en general y a la vez particularmente, necesidad. Cierto que la respuesta rápida y la establecida puede darse como sigue: cada cual sabrá cuales son sus necesidades. Sin embargo esa no es respuesta a mi pregunta; ni tan siquiera la  obedece, ya que yo no me hago esa pregunta. No pregunto por cuales ni por cuantas son -concernientes a uno o a otro de cualquiera de nosotros- las necesidades. Siento poco interesan (una de mis taras), normalmente, por las enumeraciones, por lo cuantitativo. 

Mi pregunta, la que ahora me ronda, es: ¿Qué es necesidad?, ya que intuyo lo evidente, que las hay de carácter más bien material y otras que son más específicamente humanas, y ello sin hacer separación alguna entre unas y otras. Ya que tal cosa intuyo y que con la intuición a mi no me basta (no dispongo de buena calidad intuitiva), me asalta, como me es frecuente, la pregunta por el que. En esta ocasión por, ¿Qué es necesidad?

No es pregunta original, y tampoco lo puede ser la respuesta que yo pueda merodear. Y no lo son, una y otra cosa, no solo por la infinidad de veces que se habrá formulado la pregunta y por las innumerables respuestas que habrán sido ensayadas y no pocas de ellas actuadas, realizadas. No hay aquí originalidad alguna, y no puede haberla, sobre todo por su propia causa, a causa de necesidad, que es fuente de, también, toda cuestión; y necesidad, me parece a mi, es a todos común, esa originalidad pues, en todo caso, pertenece a todos. Lo original y originario es la misma necesidad. De ella brotan esas cuestiones que van zozobrando sobre un leve -en ocasiones, pero, abrupto- mar de inquietudes que claman, y calman temporalmente, por y por las respuestas.

A la misma necesidad corresponde, originariamente, toda originalidad. De ella surge toda hambre, y también la de preguntar; y la de preguntar también por la orilla que tiene, la necesidad, lejana y en frente: preguntarse por la libertad. Y de ella, así mismo, la muy poco, más bien ninguna, originalidad de alimentarse (que son las respuesta no menos que la comida). Sin embargo, ¿A que nos es mucho más evidente, palmaria, el hambre o la sed como necesidades que no la de la cuestionarnos y cuestionar?
.....................

¿Qué es necesidad? Por lo inmediatamente precedido ya me hallo, casi sin darme cuenta (es decir con demasiada poca conciencia), sobre una pista, forestal, del poco visitado valle, a medias estéril y a la vez frondoso de hecho y de posibilidades: el valle poco patente de las necesidades más específicamente humanas. 

La necesidad de hacerse preguntas podría ser una de las claves, referidas a las necesidades más específicamente humanas (es muy probable que el animal no humano no se las haga). Sin embargo no nos resulta ser esa necesidad tan sentida, y mucho menos acuciante, como la que nos hace padecer sed o hambre, que agua y pan en todas sus metafóricas y no metafóricas versiones pueden llegar a saciarnos relativamente, es decir, una y otra vez. 

Pero dar con una clave así y ahora sería finalizar el trayecto aún antes de haberlo iniciado. En la necesidad de preguntarse, las preguntas ya son respuesta. A la necesidad hay que dejarla desnuda, en su pura necesidad, también de respuestas, para que vaya indicando sus propios caminos. Por ahora desnuda de toda respuesta firme y inmediata; fácil y establecida sin reflexión alguna. 

Solo, y sola, la necesidad, palpitante de cuestiones palpitantes; no menos necesitada que de alimentos condimentados y hábitats culturalmente (que son maneras propiamente humanas) acondicionados y, humana y humanitariamente, enriquecidos.



Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

BENEFICIOS (8)

ADOCTRINAR XXIX

BENEFICIOS (7)