Escrito en lengua hermana

Atardecer en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Recuerdo la inquietud por la que pienso y me escribo esta serie de comentarios: Atiendo a mi sensación, según la cual me parece que hay quienes dan la impresión que su vida consiste desmesuradamente en sacrificios, en deberes y obligaciones que resultan ser, en no pocos casos, en detrimento, muy serio finalmente, de una salud que día tras día se va agotando. Salud en un cierto sentido amplio, como el de un mal estar internamente difuso y sentido que se va emulsionando y revirtiendo en concentrados de infelicidad (sentimientos de amargura, tristeza, desánimo, pena, dolor, incapacidad para el deleite... o bien en una enorme insensibilidad e incomprensión para lo complejo humano )... una infelicidad propia y también vertida hacia el círculo de los más íntimos o allegados o así mismo y más general hacia el prójimo habitual o casual. Pareciendo que quienes tal forma de vida han adoptado es, según ellos mismos afirman a capa y espada, porque no l

Atardecer en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Recuerdo la inquietud por la que pienso y me escribo esta serie de comentarios: Atiendo a mi sensación, según la cual me parece que hay quienes dan la impresión que su vida consiste desmesuradamente en sacrificios, en deberes y obligaciones que resultan ser, en no pocos casos, en detrimento, muy serio finalmente, de una salud que día tras día se va agotando. Salud en un cierto sentido amplio, como el de un mal estar internamente difuso y sentido que se va emulsionando y revirtiendo en concentrados de infelicidad (sentimientos de amargura, tristeza, desánimo, pena, dolor, incapacidad para el deleite... o bien en una enorme insensibilidad e incomprensión para lo complejo humano )... una infelicidad propia y también vertida hacia el círculo de los más íntimos o allegados o así mismo y más general hacia el prójimo habitual o casual. Pareciendo que quienes tal forma de vida han adoptado es, según ellos mismos afirman a capa y espada

 Atardeceres en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Otra libertad que me tomo en esta serie de comentarios es el uso que hago del adjetivo inmaterial al cambiarlo de categoría gramatical. Lo hago sustantivo, y a más a más me lo imagino como término de un concepto: el nombre de, aquí,  dos categorías que han de abarcar, por un lado, a cualquier determinante que me haga imposible, temporal o definitivamente, la práctica y desarrollo de mí libertad; y por el otro lado, ha de acoger a cuanto, propio y ajeno, pueda contribuir a la propia y personal libertad  y desarrollo, y a la vez,  y por tanto, referido, de manera negativa, también a cualquier circunstancia, situación o persona que pueda o pretenda (mediante anulación) hacer por mi lo que únicamente yo pueda hacer por mí y para mí (creo en la obviedad de la insustituíbilidad de cada ser humano, nunca sustituíble por algo no humano o humano pretencioso, que resultará en ser inhumano si tal afán sustitutorio, querido por uno o por algo o alg

 Atardeceres en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Otra libertad que me tomo en esta serie de comentarios es el uso que hago del adjetivo inmaterial al cambiarlo de categoría gramatical. Lo hago sustantivo, y a más a más me lo imagino como término de un concepto: el nombre de, aquí,  dos categorías que han de abarcar, por un lado, a cualquier determinante que me haga imposible, temporal o definitivamente, la práctica y desarrollo de mí libertad; y por el otro lado, ha de acoger a cuanto, propio y ajeno, pueda contribuir a la propia y personal libertad  y desarrollo, y a la vez,  y por tanto, referido, de manera negativa, también a cualquier circunstancia, situación o persona que pueda o pretenda (mediante anulación) hacer por mi lo que únicamente yo pueda hacer por mí y para mí (creo en la obviedad de la insustituíbilidad de cada ser humano, nunca sustituíble por algo no humano o humano pretencioso, que resultará en ser inhumano si tal afán sustitutorio, querido por uno o por

 Puestas de Sol en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Me parece que la vida de cada persona puede ser realizada e interpretada como si fuera una especial aleación de dos inmateriales que se van fraguando mientras la particular vida de cada cual es. Pertenecería a un inmaterial todo aquello sobre lo que nada yo pueda hacer (en un momento o en periodos o tal vez nunca) por mi mismo, ni individualmente ni colectivamente; en aquello que nada puedo hacer para realizar, mejorar o contribuir favorableme en algo concerniente a la vida propia, próxima o ajena.  Puede que se trate de imposibles relativos  (ahora no es posible pero puede que en otro momentos sí) o puede que los imposibles sean absolutos (yo reconozco como imposible ser o llegar a ser un Einstein o alguien similar y ni de lejos). Pertenecería a lo otro inmaterial todo aquello propio interno y también externo, no ajeno, a mí en lo que yo algo sí puedo hacer o intervenir de manera favorable a la vida de mi propia persona o a la vida d

 Puestas de Sol en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Me parece que la vida de cada persona puede ser realizada e interpretada como si fuera una especial aleación de dos inmateriales que se van fraguando mientras la particular vida de cada cual es. Pertenecería a un inmaterial todo aquello sobre lo que nada yo pueda hacer (en un momento o en periodos o tal vez nunca) por mi mismo, ni individualmente ni colectivamente; en aquello que nada puedo hacer para realizar, mejorar o contribuir favorableme en algo concerniente a la vida propia, próxima o ajena.  Puede que se trate de imposibles relativos  (ahora no es posible pero puede que en otro momentos sí) o puede que los imposibles sean absolutos (yo reconozco como imposible ser o llegar a ser un Einstein o alguien similar y ni de lejos). Pertenecería a lo otro inmaterial todo aquello propio interno y también externo, no ajeno, a mí en lo que yo algo sí puedo hacer o intervenir de manera favorable a la vida de mi propia per

No muy lejos de donde estoy ahora mismo, La Zarza de Pumareda, se halla el salto de Almendra. Un imponente embalse generador de energía hidroeléctrica. Imponente, ya a primera vista, por su altura (202 m) y por la longitud del recorrido a lo largo, y curvo, del muro de contención (3.036 m.). Mi abuela, ya mayor, cuando tuvo ocasión de contemplarlo y no habiendo visto jamás el mar, dijo que al ver el agua allí retenida ya se podía hacer una buena idea de lo que el mar debía ser al alcanzar la costa. Y ciertamente esa e s la impresión que ofrece toda aquella agua: la de un mar allí aparentemente retenido, con sus aguas azules que quedan hilvanadas al cielo en un amplio y lejano horizonte. En esta ocasión, agosto de 2017,  estaba el pantano a menos de la mitad de su capacidad, apareciendo riscos, rocas, promontorios aislados y el dibijo de antiguas costas ahora emergidas. Todo daba fe del enorme bajoón respecto a su habitual nivel, que según se apreciaba en años anteriores rondaba normalm

No muy lejos de donde estoy ahora mismo, La Zarza de Pumareda, se halla el salto de Almendra. Un imponente embalse generador de energía hidroeléctrica. Imponente, ya a primera vista, por su altura (202 m) y por la longitud del recorrido a lo largo, y curvo, del muro de contención (3.036 m.). Mi abuela, ya mayor, cuando tuvo ocasión de contemplarlo y no habiendo visto jamás el mar, dijo que al ver el agua allí retenida ya se podía hacer una buena idea de lo que el mar debía ser al alcanzar la costa. Y ciertamente esa e s la impresión que ofrece toda aquella agua: la de un mar allí aparentemente retenido, con sus aguas azules que quedan hilvanadas al cielo en un amplio y lejano horizonte. En esta ocasión, agosto de 2017,  estaba el pantano a menos de la mitad de su capacidad, apareciendo riscos, rocas, promontorios aislados y el dibijo de antiguas costas ahora emergidas. Todo daba fe del enorme bajoón respecto a su habitual nivel, que según se apreciaba en años anteriores ron

Atardeceres en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Tengo cierto interés -más bien inquietud- por este antagonismo, y a la vez combinación  complementaria que creo se da entre todo el caudal de vivencias de cualquier persona que puedan hacer pensar que la vida está altamente determinada por  imprevistos, circunstancias, situaciones y condiciones diversas ajenas, según pueda parecer, al propio querer personal. Tan altamente determinada, tal vez, que bien podría abocarse todo este ámbito de la experiencia humana, dada en todo ser humanos concreto, en la palabra determinismo ; tengo cierta inquietud entre este extremo y toda otra vertiente, antagónica, que también puede advertirse, según parece, en la experiencia de cada cual: el opuesto, y necesariamente complementario, a lo sumamente condicionado y que tenemos adjudicado con la palabra liberta d ; es decir, lo referido a esa capacidad de cada cual que consiste en determinarse, determinarse en el más amplio sentido de la palabra; que puede

Atardeceres en la Zarza de Pumareda (Salamanca) Tengo cierto interés -más bien inquietud- por este antagonismo, y a la vez combinación  complementaria que creo se da entre todo el caudal de vivencias de cualquier persona que puedan hacer pensar que la vida está altamente determinada por  imprevistos, circunstancias, situaciones y condiciones diversas ajenas, según pueda parecer, al propio querer personal. Tan altamente determinada, tal vez, que bien podría abocarse todo este ámbito de la experiencia humana, dada en todo ser humanos concreto, en la palabra determinismo ; tengo cierta inquietud entre este extremo y toda otra vertiente, antagónica, que también puede advertirse, según parece, en la experiencia de cada cual: el opuesto, y necesariamente complementario, a lo sumamente condicionado y que tenemos adjudicado con la palabra liberta d ; es decir, lo referido a esa capacidad de cada cual que consiste en determinarse, determinarse en el más amplio sentido de la palabra

Aún la regularidad de un amanecer cotidiano como es sorprende al suspender un tiempo transcurrido.  En un solo instante ingrávido, retenido, referido a toda una vida que no quiere ser solo recuerdo diferido ni futuro despedido. Sí todo en un  presente radiante, también de un porvenir insospechado no menos que deseado. [youtube https://www.youtube.com/watch?v=HIkQnjodCrg?list=RDeZZ4gTjRxtA]

Aún la regularidad de un amanecer cotidiano como es sorprende al suspender un tiempo transcurrido.  En un solo instante ingrávido, retenido, referido a toda una vida que no quiere ser solo recuerdo diferido ni futuro despedido. Sí todo en un  presente radiante, también de un porvenir insospechado no menos que deseado.

La críitica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza, primer tomo). COMENTARIO FINAL ¿Toda relación, entre nosotros, humillante venida abajo? ¿Toda ella hecha escombros a retirar? ¿Humana disposición, no imposición, para una nueva construcción? ¿Hay una única férrea construcción en la actualidad? ¿La hay? Según parece, sí. Advirtámosla inicialmente por su nombre: Lucro. De su afán, la meteria primera. Del querer de un único  modo, su factoría. De las muy inadvertidas consecuencias del recalcitrante individualismo, los concretos materiales de construcción. La economía que nos gobierna, su inacabada pero muy avanzada edificación. Hay un único templo con innumerables sedes esparcidas  alrededor del mundo para nuestra predominante manera de ser actual. Unos pocos retienen la

La críitica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza, primer tomo). COMENTARIO FINAL ¿Toda relación, entre nosotros, humillante venida abajo? ¿Toda ella hecha escombros a retirar? ¿Humana disposición, no imposición, para una nueva construcción? ¿Hay una única férrea construcción en la actualidad? ¿La hay? Según parece, sí. Advirtámosla inicialmente por su nombre: Lucro. De su afán, la meteria primera. Del querer de un único  modo, su factoría. De las muy inadvertidas consecuencias del recalcitrante individualismo, los concretos materiales de construcción. La economía que nos gobierna, su inacabada pero muy avanzada edificación. Hay un único templo con innumerables sedes esparcidas  alrededor del mundo para nuestra predominante manera de ser actual. Unos po

La crítica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza , primer tomo).  COMENTARIO QUE SIGUE AL ANTERIOR Andaba yo comentando lo que consta arriba otra vez. Sigo por el camino de mis ocurrencias por las que antes son estas que los caminos ya establecidos (o al menos así lo quiero). Así pues hago camino al andar por mis ocurrencias. Tipo de pasadizo este camino  que voy practicando similar a aquellos abiertos en la selva, que una vez transitados vuelven a cerrarse, cubiertos prontamente por la desbordante vegetación. Algunas referencias y un relativo y más bien laxo sentido de la orientación permitirán idas y venidas por el mismo lugar (siempre abriéndose paso uno mismo) si éste ha conducido a espacios donde nutrir la compleja integridad que me constituye; nutrientes hallado

La crítica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza , primer tomo).  COMENTARIO QUE SIGUE AL ANTERIOR Andaba yo comentando lo que consta arriba otra vez. Sigo por el camino de mis ocurrencias por las que antes son estas que los caminos ya establecidos (o al menos así lo quiero). Así pues hago camino al andar por mis ocurrencias. Tipo de pasadizo este camino  que voy practicando similar a aquellos abiertos en la selva, que una vez transitados vuelven a cerrarse, cubiertos prontamente por la desbordante vegetación. Algunas referencias y un relativo y más bien laxo sentido de la orientación permitirán idas y venidas por el mismo lugar (siempre abriéndose paso uno mismo) si éste ha conducido a espacios donde nutrir la compleja integridad que me constituye; nu

La crítica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza , primer tomo).  COMENTARIO La crítica a la religión llegó -como tantas otras críticas- a buen puerto. Claro que podemos pasarnos la vida criticando; lo cual, según sea el propósito, no resulta nada mal, siempre y cuando uno no se la pase siempre en alta mar sin arribar a término alguno donde poder reposar, estibar o también, si viniera de gusto, habitar ideas. Hay críticas que con sus contenidos nos habitan y en ellas habitamos, si así libremente nos parece. La de la religión es una de éstas, por la que, entre otras críticas, podemos estar en pie de libertad. Veamos la panorámica desde el puerto arribado por la cita. Nos fijaremos en las particulares relaciones humanas venidas abajo gracias a antiguos grilletes ya r

La crítica de la religión termina... con el imperativo categórico de echar abajo todas las relaciones humanas, en las que el hombre es un ser humillado, un ser esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable (K. Marx citado por Ernst Bloch en El principio esperanza , primer tomo).  COMENTARIO La crítica a la religión llegó -como tantas otras críticas- a buen puerto. Claro que podemos pasarnos la vida criticando; lo cual, según sea el propósito, no resulta nada mal, siempre y cuando uno no se la pase siempre en alta mar sin arribar a término alguno donde poder reposar, estibar o también, si viniera de gusto, habitar ideas. Hay críticas que con sus contenidos nos habitan y en ellas habitamos, si así libremente nos parece. La de la religión es una de éstas, por la que, entre otras críticas, podemos estar en pie de libertad. Veamos la panorámica desde el puerto arribado por la cita. Nos fijaremos en las particulares relaciones humanas venidas abajo gracias a antigu

De haberlo, haylo. Al daño me refiero. Y cuanto de él hay, no todo lo es por accidente o por error, humano, como no puede ser de otra manera. Puede que nos dañemos, a conciencia o sin ella (dándonos o no cuenta); que no se sabe que es peor. Preferimos, respecto al daño, su anonimato, su sin autoría, y así acertamos no pocas veces reconociéndolo en su aspecto tan solo accidental.  Sin embargo considere yo las veces en que tales aciertos no lo son; es decir cunado el daño o su evitación tiene o puede tener no otra autoría, oculta o manifiesta, que la humana; ni anónima, ni ajena, ni divina, ni por naturaleza. Aquí, en tal gama de posibles considerandos sin "escaqueos", imaginables y no, cuando se logra algún vencimiento, paliativo o reparación de algún daño los vítores, reconocimientos, personales o públicos no son pocos. Ascienda yo a lo concreto. Pongamos por caso a los accidentes de tráfico; a las campañas -que por lo visto y oído nunca han de apelar a la inteligencia- que p

De haberlo, haylo. Al daño me refiero. Y cuanto de él hay, no todo lo es por accidente o por error, humano, como no puede ser de otra manera. Puede que nos dañemos, a conciencia o sin ella (dándonos o no cuenta); que no se sabe que es peor. Preferimos, respecto al daño, su anonimato, su sin autoría, y así acertamos no pocas veces reconociéndolo en su aspecto tan solo accidental.  Sin embargo considere yo las veces en que tales aciertos no lo son; es decir cunado el daño o su evitación tiene o puede tener no otra autoría, oculta o manifiesta, que la humana; ni anónima, ni ajena, ni divina, ni por naturaleza. Aquí, en tal gama de posibles considerandos sin "escaqueos", imaginables y no, cuando se logra algún vencimiento, paliativo o reparación de algún daño los vítores, reconocimientos, personales o públicos no son pocos. Ascienda yo a lo concreto. Pongamos por caso a los accidentes de tráfico; a las campañas -que por lo visto y oído nunca han de apelar a la intelige